Murió uno de los periodistas que se accidentó en Ullum cubriendo el panamericano de ciclismo
Tenía 57 años y el 15 de mayo había sufrido gravísimas lesiones luego de que un neumático de la moto que manejaba estallara mientras cubría la carrera para un canal internacional de deportes. Además, trabajaba en un medio local.
La terrible caída que sufrieron el pasado 15 de mayo dos periodistas que cubrían el Panamericano de Ciclismo en Ullum, se cobró la vida de uno de esos trabajadores de prensa, informaron en exclusivo fuentes del caso.
Se trata de Omar Eduardo «Zorrillo» Soria, de 57 años, quien ese día estaba trabajando para la señal ESPN cubriendo la etapa que recorría la Ruta 60, en el Dique de Ullum, precisaron fuentes del caso.
Soria era el corrector en jefe en Diario de Cuyo y trabajaba en esa área desde hace años. Allegados a la víctima precisaron a este medio que el trabajador de prensa tuvo la chance de cubrir el Panamericano para hacerse unos pesos extras.
En ese medio le dieron permiso para faltar a sus labores diarias y Soria puso su moto Kawasaki KLR 650cc para cubrir el evento deportivo.
El día del siniestro, el trabajador conducía la moto fractura de rodilla izquierda, fractura de parrilla costal izquierdo y hematoma renal izquierdo y atrás iba el camarógrafo cuando, presuntamente, el estallido de uno de los neumáticos los hizo caer a ambos a un costado de la ruta.
Este supuesto fallo despertó la sorpresa en los allegados dado que «El Zorrillo» era muy precavido antes de emprender cualquier travesía.
«Unos días antes me había contado que le había comprado pastillas de freno y cubiertas nuevas a esa moto. No lo puedo creer», dijo un compañero de ese diario que fue consultado por este medio.
El otro hombre, de apellido Nieto (48), apenas sufrió algunos golpes y raspones. En el caso de Soria quedó internado desde el día de la caída en grave estado en el Hospital Rawson. 0
Este lunes a las 10.30, el cuerpo no pudo soportar más y murió en la Terapia Intensiva de ese centro de salud.
Con su clásica barba candado y su inconfundible risa picaresca, Soria era un tipo sin pelos en la lengua. De palabras sinceras y un poco calentón, los que lo conocimos sabíamos que si lo buscábamos con alguna broma, lo íbamos a encontrar.
De una trayectoria de 29 años en ese diario, «El Zorro», como le decíamos algunos, supo ganarse el respeto y hacernos partícipes de su pasión: las motos.
Los que lo vimos alguna vez por alguna consulta gramatical o cambio en alguna nota sabíamos de esa locura por las motos, de verlo en algún rato libre de sus tareas revisando páginas de accesorios, de ropa, de implementos especiales para añadirle a su Kawasaki.