Pastor evangélico acusado de violación fue enviado al Penal de Chimbas
Se trata de un ex militar que pasará los próximos 4 meses tras las rejas, dado el peligro de fuga que suponía dejarlo en libertad.
Sin embargo, el magistrado resolvió que era necesario que Argüello quedara en el Penal de Chimbas, no sólo porque la pena para el delito en juego prevé una condena de prisión efectiva, sino también por el riesgo de fuga que suponía que quedara en libertad.
Es que el religioso acusado de violación no vive en la provincia, sino que tiene domicilio en Chubut y, por su actividad como misionero de la palabra de Dios, viaja de manera permanente por el país. Además, tenía un pasaje para viajar a la India el 26 de octubre y ello representaba un peligro para el proceso penal.
Para Abelín Cottonaro, que no tuviera residencia en San Juan y que tuviera los recursos para salir del país, era peligroso para la investigación penal, del mismo modo en que podía llegar a influir a potenciales testigos en la causa, dado que todos pertenecen a una misma comunidad religiosa y el pastor representa una imponente figura para ellos.
Por ello, el defensor apeló el fallo y advirtió que acudirá al Tribunal de Impugnación para insistir con la liberación o bien con la domiciliaria. Es que sostuvo que su patrocinado tiene cáncer de mama y HPV, por lo que necesita de mayores cuidados y no podría estar en la cárcel.
Tal y como lo había publicado en exclusiva Tiempo de San Juan, el pastor que está casado habría abusado de una mujer en el interior de una cabaña de Marquesado. Acorde la denuncia, la invitó a tomar un café y para hablar de fe, pero la abusó sexualmente.
A la presunta víctima la había conocido a través del culto que ambos practican y él, como profesor de Teología, le daba charlas. Así, iniciaron un vínculo que terminó el día en que ocurrió la supuesta violación y luego con la denuncia radicada en la UFI CAVIG.
Cómo fue la supuesta violación
La denunciante contó que, cuando estaban a solas minutos antes del abuso, le profesó su amor por ella e incluso le pidió matrimonio. De inmediato, comenzó a besarla y tocarle sus partes íntimas, mientras ella se negaba, según dijo. Después la llevó a la cama -sostuvo- y finalmente la penetró, forzándola ante su insistente negativa.
La mujer que denunció al ex militar que prestó tareas en el RIM 22 aseguró que, luego de haber sufrido la agresión sexual, el presunto abusador le pidió perdón y hasta se largó a llorar para lograr la indulgencia. Más tarde la llevó hasta su casa.
A pesar del supuesto calvario, la víctima no lo denunció al instante, sino que lo hizo 15 días después. En el medio, habló con una psicóloga amiga y hasta con el pastor de su comunidad. Tras las recomendaciones recibidas, se acercó por la sede judicial y radicó la denuncia.